martes, 26 de enero de 2016

CRÓNICA DE LA TEMPORADA 2015


TÓCALA OTRA VEZ..SAM

Esta frase vuelve una y otra vez a mi cabeza cuando irremediablemente damos carpetazo a una temporada.

A estas alturas, pienso que ha sido un año estupendo, irrepetible, lleno de grandes momentos deportivos y de pronto, viene otro y lo supera. Por eso, finalizado 2015, pienso de nuevo  que quizás sea irrepetible.

Como no me gano la vida en ello y no tengo necesidad de alcanzar ningún pico de forma para brillar en las clasificaciones, he decidido tácitamente alargar la temporada lo máximo posible, porque cuando más tiempo dura, más tiempo disfruto.

Empezamos:

SALVEMOS LA ANTARTIDA…Y TAMBIEN BANYERES DE MARIOLA.

Si los grupos ecologistas ven perdida la batalla de salvar la Antártida, siempre pueden apostar por salvar este recodito lugar de la sierra alicantina. Aunque no hay osos polares ni petróleo, hace muchísimo más frio y es igual
de inhóspito. Cada año, algunos inconscientes, encabezados por el incombustible Yousef, apostamos por empezar aquí la temporada.

A pesar del calentón inicial de una puñetera rampa dentro del mismísimo pueblo (aquí los jubilados tienen unos “gemelacos” impresionantes), no entras en calor hasta que acabas la prueba y enciendes la calefacción del coche. Este año han descalificado a uno por salir a correr  desde la T2 con el manillar de la bici, pues se le habían pegado los dedos a las manetas del freno en estado de semi-congelación.

Pero a pesar de su dureza, conserva la esencia de este deporte, y por decirlo de alguna manera, es el “triatlón de Cuenca en versión invierno”.

DUATLON DE ORIHUELA, VIENTOS DEL PUEBLO.

Si uno lee el nombre de esta prueba, y no sabe lo que se va a encontrar, es que es rematadamente tonto. Aunque en general, suele pasar lo contrario en la versión listillo que dice “vaaaaaa….no será tanto….”……pues sí, sí que hace viento.

El equipo se amplia, y se añaden Mario y Edu, otros dos veteranos forjados en duras batallas.   Aquí, conseguir abrir la puerta del coche en el parking sin dejarte los dedos de los puñeteros portazos y sacar la bici sin que arranque solita es toda una odisea. De hecho, tres días después de la prueba, conseguí rescatar a un orihuelano que se había colado en el coche empujado por una ráfaga al abrir la puerta y que se había empotrado en el salpicadero.

Duatlón larga distancia, con 100  metros de carrera planos y todo lo demás, sube y baja, pero siempre por caminos y pistas, lo que es un alivio para las articulaciones y un segmento de bici en el que vuelve a aparecer el famoso fenómeno “vientos oscilantes incrementantes”, en el que por mucho que cambies de dirección y sentido, siempre te lo encuentras de frente y cada vez más fuerte.  El profesor Ventouri, que describió este extraño fenómeno, ha sido propuesto recientemente para el Premio Principe de Asturias.

Pese a ello, allí estuvimos los cuatro, como hombrecitos, y nos comimos la paellita calentita como señal de que cumplimos con los tiempos establecidos.

TRIATLON OLIMPICO MALLORCA

Y después de dos pruebas con climatología adversa,  no tenía más remedio que apostar por un valor seguro para conseguir competir sin tener que preocuparme de los síntomas de congelación o en no perder una oreja en una ráfaga de viento.

Prueba muy recomendable porque en esa época del año, la costa mallorquina tiene un color espectacular, el clima es bueno y los paisajes que recorres en bici son deliciosos (momentos publicitarios patrocinados por el Excelentisimo Consell Insular de Mallorca). Además, desde el último Ironman Mallorca 2015, estoy acostumbrado a competir en mi tierra rodeado de extranjeros.

Acudo flanqueado por mi excelente Directora Deportiva, papel que simultanea con el de madre. Aunque no hay que llevarse a engaño, ya que su instinto protector maternal no le impide dirigir con mano dura mi progresión deportiva. En esta prueba recibo cierto correctivo por haber perdido el grupo de bici con el que salí en la T1. Y no le sirve la excusa de que hacia menos de 12 horas que había alquilado la bici (en una tienda que distaba 500 metros del hotel de concentración) y no me había dado tiempo más que a ajustar la altura del sillín y colocar las calas. Me recuerda que mi mejor sector es el ciclista y que no ando sobrado de cualidades como para ir perdiendo grupo. Quitado este pequeño detalle, es una bendición que en un olímpico solo haya que correr diez kilómetros y el trámite carrera se solvente en poco tiempo.

DUATLON DE RONDA. LA LEGIÓN 101.

En mi modesta opinión, la mejor carrera posible. Ambiente excepcional, recorrido espectacular por la sierra de Ronda y una organización impoluta, fruto sin lugar a dudas de la disciplina militar (aquí no hay patrocinio, es la pura realidad). Cada año que acudo, me enamoro más de ella. Además, esta cuarta vez, tiene el aliciente de que acudo con mi mentor y compañero de fatigas y esto le da un tinte aún más especial.  Si la larga distancia es para hombrecitos y mujercitas, a esta prueba hay que añadirle un puntito más. Y si alguien duda de mi palabra, no dudéis en consultarlo a Mario.

Si algún otro inconsciente está tentado en acudir en un futuro, no se olvide la mochilita de agua para la carrera. Por lo visto los legionarios no tienen la sana costumbre de beber cada 3-5 km y por lo tanto, los avituallamiento distan considerablemente entre si, distancia que fisiológicamente se hace eterna si uno está corriendo por encima de los 30 grados por esos andurriales.

Ya sabeís que aquí a la llegada no te reciben los “cracks” de nuestro club con la cervecita en mano para recortarte que te han torrefactado. Aquí te espera un carnero y un rancho militar que te comes muy a gustito y a los que no pertenecemos al ámbito militar nos recuerda nuestra época de la mili.

OLIVA MEDIA DISTANCIA.
La versión media distancia de un clásico. Y que mejor manera de acudir a un clásico que flanqueado por los capos de la larga, Rafa y Yousef, flanqueados en este caso por su corte masculina, los también grandes Andrés y José Sanchís.

La gracia de que vaya Andrés es intentarle coger mucho tiempo en bici para que te adelante lo más tarde posible en la carrera a pie. Pero claro, 21 km dan para mucho y la fiesta acaba pronto. Ya lo dice mi Directora Deportiva de que debo mejorar en carrera.

VALENCIA LD

“Valencia LD, la fiesta naranja”.  Correr en casa se nota y me encanta romper la tradición de ser el único “correca” que acude a un determinado triatlón (en parte culpa mía por correr en sitios exóticos y pruebas alejadas del circuito habitual de la corta distancia).

El peculiar circuito de bici que monta la organización no es que permita el drafting, sino más bien lo que permite es la romería. Corren por allí acusaciones veladas que determinados miembros del club han peregrinado a la Ermita de Betera, en solemne procesión ciclista, ataviados con un trimono naranja, velorio en mano y guardando una escueta distancia de medio metro con el ciclista que le precedía.

El circuito pedreste no permite controlar adecuadamente la “distancia de seguridad para la torrefacción”,  y en un solo punto de giro es difícil calcular a que hombrecito de naranja te puedes torrefactar o, alternativamente, por quien vas a ser devorado en sus fauces.

Eme aquí, que mi particular torrefactor, Don Andrés, se tiene que exprimir y como dicen los clásicos, en esta ocasión “muero en la playa”, a falta de escasos 800 metros de la llegada (chavalito, ya puedes apurar que  la próxima no me trincas)

IRONMAN VICHY 2015

Y llegamos a la fiesta anual de la Larga Distancia. Y mira por tu por donde, que en el reducido grupo de la sección que nos dedicamos a este ámbito, el número de espabilados es escaso.  Tan solo Rafa, Andres y Edu, logran esquivar el suplicio y se apuntan a otras pruebas. Los demás incautos deciden seguir mi estela y se apuntan al Ironman Vichy 2015.  Quiero pedir disculpar públicamente por abocar a mis compañeros a esta prueba, verdadero calvario.

Prometo que lo hice con buena intención, natación tranquila en un canal con neopreno casi asegurado, parajes ciclistas típicos de la campiña francesa, sin puertos y a dos vueltas y una carrera similar a  Roth, con zona arbolada y recorrido agradable.  Finalmente, zona turísticamente atractiva y un precio asequible pese a ser franquicia Ironman.

Bien, pero lo que nadie nos dijo es que iba a hacer un calor y humedad espantoso, que el agua estaba más turbia que una cerveza Guinnes y que el ultimo asfaltado que se llevaron las carreteras de la zona fue previo a la
primera guerra mundial.  Y debido a esas menudencias me pase toda la carrera pensando cómo me iba a ganar el perdón de mis otros cuatro compañeros.

Para aquellos que todavía no conozcáis el verdadero ambiente “Correcaminos Travelling”, os lo recomiendo encarecidamente. Como he dicho en multitud de ocasiones, es un verdadero placer sentir el calor y los ánimos de todas nuestras familias a lo largo del recorrido. Todos sabemos que estamos siempre en deuda con ellos.

Lástima de las inclemencias del recorrido porque Yousef hubiera sido sub-10 merecidamente. Mario, sufriendo en la carrera, pero demostrándonos una vez más su reconocida y admirada capacidad de aguantar el tipo en los momentos difíciles. Miguel, haciendo gala de su progresión en esta distancia, reservo en la bici para completar una carrera dignísima y Juan, dándolo todo con coraje y sin perder la sonrisa y lamentando no haber formado equipo con un buen digestólogo que le hubiera ayudado a regular su tránsito intestinal.

A pesar de que no salga en ningún manual de triatlón, parece razonable pensar que haber regresado de un viaje express transoceánico tres días antes de un Ironman  y añadirle a eso un viaje en coche de 1000 km no era la mejor preparación  para una prueba de este tipo. Pero mira por donde, el hecho de tener dos trabajos (la medicina y el triatlón) y el maldito azar que se encapricha en poner dos actos únicos en el año durante una misma semana, me acabaron por demostrar esta premisa.

Sufrí en la última vuelta de la bici como nunca lo había hecho y lloré a gusto debido a la extenuación durante las dos primeras vueltas de la carrera. Andaba yo cavilando la posibilidad de abandono cuando en un cruce, coincido con Mario y zanja rotundamente el tema….”!chavalito, un Ironman nunca se abandona!” , ya sabeís, o “evacuación sanitaria” o arco de meta, no hay más opciones. Y estás pruebas son muy muy largas y dan para mucho. Uno puede pasar de la gloria a la miseria en 0.5 segundos, o viceversa como me paso a mí, pasar del fondo de la grieta a empezar a correr en el kilómetro 15 y acabar la prueba  con un ritmo a lo sumo, decente. A ello ayudo de forma contundente una cervecita que un alma caritativa había depositado en uno de los avituallamientos. Vive Dios que a partir de ese momento, en cada ocasión que puedo le rindo pleitesía a la mejor bebida energética que haya fabricado el hombre. De allí el nombre que me enseñaron en el duatlón del
Ronda…”el aquarius del legionario”.

Nunca olvidaré la entrada en el estadio de llegada que monta la marca Ironman. Allí, en la esquina, de fácil localización por la bandera española, aplaudiendo a rabiar, todas nuestras familias. Recibo el cariñoso y reconfortante besito de mi mujer, que antes padeció conmigo y ahora era cómplice de mi alegría y a disfrutar esos cinco escasos segundos que justifican toda una temporada.

PURE 226. MARINA DÓR, CIUDAD DE VACACIONES.
Y que mejor forma de acabar la temporada que correr el séptimo Ironman en un lugar de reconocida fama y glamour como Marina Dór. El primer y único triatlón LOW COST de la historia. Y no por el precio, sino por la ínfima calidad de sus servicios.  No le faltó de nada, empezando por una hora y cuarto de retraso en la arena, embutidos en el neopreno, deshidratándose progresivamente y con los pies helados.

Avituallamiento ciclista de “Cuarto Milenio”, dicho sea de otra manera, llegar al punto establecido pensado en dicho aprovisionamiento y darse cuenta que se ha “esfumado”. Y para aumentar la emoción, el otro punto, es a una “solo intento”, dado que solo hay un voluntario para gel y uno para bidón, con lo cual tienes que aumentar la pericia a la hora de la recogida. Eso sí, para contrarrestar, los del sector carrera, son “self-service”, tu llegas y coges lo que quieres. Son como las gasolineras, te atiendes a ti mismo.

Y para acabar de rematar la carrera, plantan una rampa del 20% que no viene a cuento. Menos mal que en la tercera vuelta me encuentro de público a Edurne Pasaban y conseguimos hacer cima en menos del tiempo previsto. Finalmente, acabamos corriendo a oscuras por una vía verde en la que parece ser nadie de la organización había previsto que es más cómodo correr viendo al de delante que ir empujándose como en los cochecitos de choque.

Menos mal que previniendo la situación acudí de nuevo con mi Directora Deportiva. Espero que como madre me sepa perdonar el haberle hecho dormir en un hotel de esas características, en la que tuvo que compartir cena buffet con más gente que la que vive en Mallorca y amenizando las estupendas croquetas de colegio mayor con unos mariachis que a buen seguro merecían algún castigo por su mala calidad. Pero bien esta lo que bien acaba, y así conseguí poner otra muesca más en mi inseparable gorra que me ha acompañado desde la primera larga.

EPILOGO
Sirvan estas líneas de sentido reconocimiento a todos mis compañeros de fatigas en estas lides. Gracias a ellos, cada día aprendo un poco y sobre todo, soy más feliz. Y por supuestísimo, a mi familia, la mía strictu sensu y la que forman todos aquellos que nos acompañan a cada competición.

El año que viene, más y mejor.
Argi